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Julián Rasero firma un año más con el UBU San Pablo

El pivote extremeño seguirá aportando su experiencia en el conjunto cidiano y cumplirá su tercera temporada en el equipo de El Plantío

Julián Rasero seguirá formando parte de la plantilla del UBU San Pablo y se convierte en la octava y última renovación del bloque cidiano. El pacense, de 40 años, volverá a ser uno de los pilares defensivos del equipo burgalés en la que será su tercera temporada en Burgos.

La continuidad de ‘Juli’ cierra el capítulo de renovaciones en las filas del conjunto rojinegro, de modo que, con ocho salidas, ocho jugadores que se mantienen y cinco fichajes hasta el momento, el cuadro rojinegro suma 13 efectivos de cara al curso 2020/2021. La permanencia de Rasero será estratégica de cara a mantener la solidez defensiva, vital en el planteamiento de juego de Nacho González e imprescindible en un año especialmente complejo, con cuatro equipos descendidos de Asobal.

El pivote extremeño, que realiza habitualmente funciones de central defensivo, llegó a Burgos en 2019 procedente del Balonmano Soria y, desde entonces, es un referente dentro del conjunto burgalés. Durante la próxima campaña, deberá compaginar los entrenamientos y los partidos con su recién ganada plaza de bombero, lo que no será impedimento para seguir siendo el guardián de la muralla cidiana.

Julián Rasero Hernández (Bodonal de la Sierra, Badajoz, 1980) comenzó en el balonmano siendo ya juvenil de segundo de la mano del Balonmano Badajoz. Tras disputar el Campeonato de España Júnior ficha por el filial del Balonmano Valladolid por una temporada. En la capital pucelana pasa un año por el Aula Cultural y dos en el equipo de la UVa. Tras eso, milita durante un curso en el Villa de Aranda en DH Plata para regresar al filial del BM Valladolid. Recala entonces en el Lábaro Toledo, en el que permanece dos campañas en Plata. Regresa a Aranda en esta ocasión para jugar un año en Segunda territorial en el BM Aranda y, después, cinco en el Villa de Aranda, tres de ellos en Plata y dos en Asobal. Tras un curso en el Atlético Valladolid (DH Plata), en el que coincide con Nacho González, y otro en el BM Nava (DH Plata) vuelve por un año a la localidad ribereña para jugar en el filial antes de incorporarse al BM Soria, en el que juega dos campañas en Primera Nacional, justo antes de llegar a Burgos.